El pasado martes 14 de
agosto la organización del evento nos informa de que este año el agua está a 11
grados y se permite nadar con botas y guantes de neopreno. En ese mismo momento
fui consciente de que las condiciones iban a ser muy adversas.
Por lo que decidimos adquirir un gorro de neopreno y cremas calentadoras especificas para este tipo de travesías. Un dato para poner en situación es que en España con menos de 13° no se permite nadar.
Volamos a Edimburgo el viernes 17, donde allí cogemos el tren rumbo Inverness. Pueblo situado en las tierras altas y donde desemboca el río Ness. Pueblo precioso y acogedor del que disfrutamos paseando con el típico día escocés. Intercambiándose el sol y la lluvia fina que apenas te moja.
Mis padres y Ana intentan gastar bromas pero yo no hacía más que dar vueltas al tema del frio.
18th August: El día se presentaba a las
6am, no hizo falta que sonase el despertador. Día de niebla en Inverness.
A medida que nos acercábamos al lago la niebla era aún más espesa. Lo que hacía
aun más misterioso pero bello el lugar. El agua estaba en calma, seguro que Nessie aún no
se había despertado. Comienza a haber más movimiento y vamos intercambiando impresiones
con otros valientes mientras tocamos el agua para ver si está muy fría. Y sí lo
está. La niebla va subiendo y los nervios se convierten en ganas de iniciar la
prueba. Neopreno y crema calentadora para manos y pies mientras que aun hay
nadadores que se ponen a desayunar las típicas hamburguesas y yo sin embargo
sigo con el nudo en el estomago.
Llegó la hora, a las 10am
suena la bocina. El agua helada. Las manos y pies duelen y cada vez que entro
la cara en el agua no soy capaz de soltar aire. Noto un frio intenso en los
labios e intento nadar un poco con la cabeza fuera para buscar un hueco entre
el resto de atrevidos. Me recuerda la sensación a cuando vamos a nadar al rio Bullaque
el 31 de diciembre. Por un momento recuerdo la conversación con otro nadador
que este año repetía la experiencia: "You must relax and enjoy it" (Relajate y difruta) y así, pasando por la primera de las 5 boyas que marcaban el
recorrido comencé a disfrutar. Tanto que tengo la mala suerte de que las gafas
no funcionan como deberían y en vez de pensar en abandonar. Aprieto los dientes
y continúo sin sentir los músculos de la cara. Cada vez que llego a una boya me
coloco de espalda y me quito el agua de las gafas para seguir disfrutando de la
prueba y el paisaje. El agua muy fría pero cristalina. Podías ver a los
compañeros a la hora de adelantarles. Siendo un extra de motivación. Lástima
que no viésemos a Nessie. Seguro que desde las profundidades él estaba
observando. Al igual que los familiares que están ubicados en un emplazamiento
privilegiado para ver y disfrutar del espectáculo. Intento saludar a mis padres
pero ellos no son capaces de distinguirme
Avisto el arco de la meta y tengo un sentimiento
contradictorio de que por fin se acaba la batalla contra el frio pero se me ha
hecho corto.
A la salida cuesta ponerse de pie en la orilla y entonces sí:
A la salida cuesta ponerse de pie en la orilla y entonces sí:
RETO CONSEGUIDO: TIEMPO 27:10. RECORD PERSONAL. 31° DE MAS DE 400. Toda una sorpresa contando que el objetivo era terminar esta odisea.
Agradezco a todos los amigos
del CLYN que me dieron su apoyo, a mi amigo Luis por prestarme su traje y por supuesto, a mis hermanos Juani y Maripi y
de manera especial a Ana, Pilar y Juan (esposa, madre y padre) por acompañarme
en esta aventura y formar parte de ella.
"Os quiero"
David
David
No hay comentarios:
Publicar un comentario